ACERCA DE LA PRÁCTICA CURATORIAL EN VIDEODANZA

El pasado viernes 8 de julio se dio la presentación virtual de un compilado de ensayos del Circuito Argentino de Videodanza (CAV) publicado en la editorial e-performance sobre la práctica curatorial en videodanza con la finalidad de exponer y compartir la práctica, la investigación y reflexión que implica el trabajo curatorial. Organizado por la Cátedra Libre de Educación y Mediación Digital en Danza, Performance y Tecnología y el CAV. Para este evento fueron invitadas a participar Revista LOÏE (CABA) y Revista Inquieta (Rosario).

 

Para dar comienzo a la presentación Fernanda Vallejos integrante del (CAV) y COBAI, coordinadora del Festival de Videodanza Cuerpo Mediado, destacó el surgimiento de la videodanza en Argentina (1992) y del Circuito Argentino de Videodanza (2020/21) haciendo hincapié en este último ya que es el resultado del trabajo colectivo y en red de las hacedoras, gestoras, realizadoras y curadoras de videodanza para fomentar la circulación de obras, promoción de artistas, investigación, análisis y reconocimiento de este lenguaje específico en el territorio.

La videodanza ha dejado de ser una práctica experimental que se asoma desde el borde de lo que puede ofrecer la tecnología para, hoy en día, representar un lenguaje protagónico en la escena del arte. Tanto es así que el trabajo de curaduría en este campo instaura sus propios retos y determinaciones.(Temperley S., 2020, ¡Cuerpo, Máquina, Acción! La práctica curatorial en videodanza, e-performance, http://www.fba.unlp.edu.ar/e-performance/, pág 4) Este fue el fragmento del prólogo elegido por Alejandra Ceriani para introducir la exposición evidenciando el cambio a través de los años para abordar, mostrar y construir la videodanza y en consecuencia la curaduría de la misma. 

La primera invitada en tomar la palabra fue Veronica Rodriguez (Revista Inquieta) que en concordancia con lo dicho anteriormente, analizó desde su experiencia individual y colectiva el lugar que ocupó y ocupa la videodanza en festivales y los diferentes eventos organizados desde COBAI. Como en sus principios (2006) se proyectaban los audiovisuales en el bar del Centro Cultural de Expresiones Contemporáneas superponiendose junto a voces, sonidos de platos, sillas, máquinas y pasos. Demostrando que todavía no estaban dadas las herramientas o los procesos para darle entidad a este lenguaje específico. Además, resaltó el encuentro para el debate, la reflexión, en este caso de la curaduría, pero que no podría llevarse a cabo sin la revalorización de las compañeras que a pulmón sostuvieron durante años el espacio de videodanza sea en el contexto que sea.

Veronica también hizo foco en las condiciones posibles para surja la curaduría en aquellos tiempos en que las personas no brindaban su completa atención a la videodanza. Y para ello, trajo las palabras de Boris Groys: “una obra individual no puede reafirmar su presencia por sí misma, forzando al espectador a que la mire. Carece de la vitalidad, energía y salud para hacerlo. En su origen, parece que la obra de arte está enferma y desamparada; para verla, los espectadores deben ser guiados hasta ella como esos visitantes que son llevados por el personal del hospital a ver a un paciente que está postrado. No es casualidad que la palabra curador esté ligada etimológicamente a cura: la curaduría es una cura. La curaduría cura la incapacidad de la imagen, su incapacidad para exhibirse a sí misma.” Desde estas palabras concluye que la función esencial de la práctica curatorial en videodanza tiene una función de mediación.

Acorde al avance del tiempo y en contraposición a esas primeras proyecciones en el CEC, este año se gesta la tercera edición del Festival Internacional de videodanza Cuerpo Mediado del cual Verónica se siente impulsora de este dispositivo que busca alojar las producciones, divulgarlas, propiciar investigación y que requiere incluir la práctica curatorial en su desarrollo.

El siguiente micrófono que se activó fue el de Magdalena Casanova (Revista LOÏE) que retomó varias de las propuestas hechas por las integrantes del CAV en la publicación: la idea de curaduría como proceso crítico político, la curaduría como metanarrativa que genera nuevos diálogos y sentidos en obra y público, archivo de videodanza, la práctica curatorial como surgimiento de las experiencias en los festivales, la formación a través de la práctica, ¿la o el videodanza?, videodanza: aprender haciendo, cambio de públicos y contexto de recepción, tensión epistemológica entre curadores y artistas. Pero ella se detuvo particularmente en una de las preguntas que construyen el eje del ensayo: “¿Consideras que la pandemia y la ASPO afectaron la producción y/o curaduría en videodanza? En caso de ser afirmativo, ¿de qué modo se afectaron?”

Magdalena dejó planteados varios enunciados al respecto. Se pregunta si la pandemia se hizo visible en las temáticas de videodanza; cómo fue el trabajo colectivo en el aislamiento,  la tensión entre lo individual y colectivo; la ausencia y presencia del cuerpo; la idea de lo háptico y qué le sucede a las estructuras corporales en el contexto de encierro, de qué manera esta condición afecta el registro de la fisicalidad y la forma en que la cámara se adecua al espacio; cómo tocar a través del sonido, de la voz, encontrar una cercanía en la lejanía.

Al final de la presentación se abrieron más ventanas a los viejos y nuevos interrogantes que toman otro sentido en cada encuentro. Y es por ello que se resignifican los festivales, los encuentros y el intercambio en ellos; el registro, formación, evolución de los lenguajes y los lugares que ocupa cada uno de ellos en la comunidad.

Como dijo Silvina Szperling (CAV) “publicar como acto de reafirmar, un diálogo que sale afuera”, la publicación de la práctica curatorial en videodanza salió del intercambio para reafirmarse en cada artista, bailarín, bailarina o persona curiosa que busca nutrirse de la historia en construcción de la videodanza.

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