SUBVERTIR LA BELLEZA – Escribe Rut Pellerano

SUBVERTIR LA BELLEZA
Dos Solos / Danza Butoh

«Todo verdadero sentimiento es en verdad intraducible» así comienza un bello texto de Rhea Volij1
y así quisiera comenzar también yo este texto porque es el reflejo exacto de la sensación -como rastro- que me inunda: ¿cómo poner en palabras esta conmoción que siento?


El butoh, danza vanguardista nacida en Japón a finales de la década de 1950, se burla de la estética convencional y perturba con su incesante cuestionamiento de fronteras. Los cuerpos blancos o la lentitud, la fragilización de la postura y la disminución de los centros de gravedad, son algunos de los elementos que conforman su universo compositivo.

«Dos solos» —La hija del sueño inquieto, de Rhea Volij, e Ibuki, de Makiko Tominaga— se suceden como piezas independientes. Aun así, pueden pensarse en un hilo de continuidad que -creo- se sostiene en el juego de vacío y metamorfosis que albergan. Un hilo hecho de vacío, de transformación, de estados que se habitan. Es en ese vacío donde los cuerpos acceden a su metamorfosis: se hacen cauce, se vuelven receptáculo de lo que les excede y les modifica.

¿Cómo es posible que un rostro refleje, casi al mismo tiempo, una niña feliz y las sombras del más profundo dolor? ¿Cómo es posible que el cuerpo «vuele» sin salir del suelo? ¿Cómo es posible que un sólo cuerpo habite completamente el espacio escénico y lo convierte en acontecimiento?


Los cuerpos danzantes en escena, que no aparecen como el resultado de la sola subjetividad, ejercen un fenómeno de fascinación a través de un gesto que deviene preciso y nos conmueve no por una «habilidad» sino por la manera en que emerge. Un gesto que no busca impresionar, sino sembrar: es humus, tierra fértil donde la conciencia se disuelve y se reinventa, es memoria que recuerda la vastedad de lo que un cuerpo puede llegar a ser y lo acerca a la búsqueda de una memoria más antigua que la propia biografía. Desde esa memoria profunda, quizás originaria, se abre un diálogo entre el escenario y la sala que permite reintegrar el tiempo humano a los ritmos cósmicos, que deja oír las voces minerales, vegetales, ancestrales que aún laten en nosotros.

Y así, en su forma más radical, esta danza no busca agradar, encantar ni satisfacer la mirada; no responde a proporciones armónicas ni a líneas reconocibles. Su belleza no reside en la forma, sino en la intensidad de lo que se revela: cuerpos que tiemblan, que se vacían, que se transforman en canal de lo innombrable. Es una belleza que incomoda, que erosiona la superficie y obliga a mirar desde otro lugar: no con los ojos, sino con la memoria y la escucha del cuerpo. Porque en el Butoh, la belleza no es apariencia: es herida, es misterio, es verdad que se encarna y se ofrece como un acto poético de resistencia.

 

Dos Solos / Danza Butoh
«Ibuki » Makiko Tominaga.
«La hija de sueño inquieta» Rhea Volij.
16 de agosto de 2025, 20:30 hs.

«Perder la forma humana» recuperado en https://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/105145/Documento_completo.pdf- 1
PDFA.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Lugar: Centro Cultural Parque de España de la ciudad de Rosario
Organizado por : Producción Butoh Rosario Wendy Gilt- Alicia Boggián
Este evento contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la ciudad de Rosario y los auspicios de C.o.b.a.i (Asc. de bailarines y coreógrafos independientes de Rosario) y del Instituto Provincial de Danzas I. Taboga.

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