A pocos meses de que termine el año 2021 parecemos encaminarnos como sociedad al final de este túnel pantanoso que parecía nunca ver la luz. En Inquieta seguimos entrevistando artistas e indagamos sobre cómo logran sobreponerse a la situación actual para poder ejercer la danza. En esta ocasión, entrevistamos a Alejandra Valdés, reconocida bailarina y docente de danza de la Ciudad de Rosario, investigadora del movimiento, directora de la obra ‘Ensayo sobre la pérdida’.
– Danza en Pandemia –
Escribe: Florencia Gianolio.
En una nueva entrega de Danza en Pandemia, Revista Inquieta entrevistó a Alejandra Valdés, reconocida bailarina y docente de danza de la Ciudad de Rosario. Entre otras cosas, nuestra entrevistada nos cuenta que se formó académicamente en comunicación social y que en los últimos años se volcó a explorar, experimentar e investigar diferentes corrientes de danza y artes performáticas aplicando estas investigaciones a creaciones escénicas. Además, recientemente comenzó a dirigir obras.
“Ensayo sobre la pérdida”, de la compañía Eppur Si Muove fue la última obra que Alejandra dirigió en la antesala de la pandemia. En el año 2019 tuve la posibilidad de participar como espectadora de dicha presentación. Luego escribí: ‘Me parece una metáfora interesante, sobre lo que sucede en la cotidianeidad, el agotamiento del cuerpo, la mirada de la sociedad, constante. El descontrol colectivo, la masividad: especie de contagio por el que terminamos haciendo cosas que quizás en soledad no haríamos.’, sin pensar siquiera que seis meses después tendríamos que enfrentarnos, como individuos y como sociedad a meses de encierro desesperante.
Semanas antes de que se decretara el confinamiento obligatorio, la obra se presentó en el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), “un festival que además tiene un mercado con productores de todo el mundo. […] A las dos semanas de volver de ese festival escribimos a todos los contactos que habíamos obtenido en ese intercambio, los planes eran ampliar las fronteras con este proyecto” recuerda la entrevistada… Sin embargo, la quietud, la enfermedad, la incertidumbre… ¿Cuál fue la pérdida esta vez?
En consonancia con este interrogante, Valdés nos señala que “El impacto fue directo en los cuerpos: sus fluidos, la piel; en la mente: la culpa, el miedo; en las emociones: la soledad, la distancia. El estado de danza en aislamiento nos dio la posibilidad de que la energía en el cuerpo no se estanque, que los fluidos se movilicen, que los huesos y el tejido vibren, conectando con la plenitud, la alegría, la integridad. Pero entró en conflicto todo nuestro universo, al no estar los otros cuerpxs el intercambio de afectaciones ahora nos llevaba hacia unx mismx. A partir de este acontecimiento es que podemos pensar otras cosas, Cuando decimos danza hablamos de una grupalidad más allá del desarrollo personal, ahora estamos en esa vuelta y hay que reinventarla, restaurarla, pesan otras cosas en la balanza. […] Se crearon nuevas corporalidades, sostener desde la casa nos dio algo de la autodisciplina, estar sin el otre físicamente hizo que el viaje sea más interno. El intercambio, la palabra, la escritura funcionaron como aliados. La quietud también nos habla del movimiento. Crecimos.”
¿Cómo se sostiene la danza en aislamiento?
“Hacía dos semanas que había iniciado las clases del año , y me propuse que todo lo iniciado no lo iba a abandonar, como pude y de manera muy tosca empecé a activar lo virtual con la gran pregunta de qué era realmente lo importante, al tiempo de esas semanas armé un grupo de Facebook charlando siempre con les alumnes. Continué las clases con la convicción de que era muy vital movernos y encontrar en nuestra casa un refugio para la danza y nuestra cuerpa. […] Así sostuve 3 meses , apenas se permitían las aperturas rápidamente volvíamos a lo presencial. Cuando se cerraba volvíamos a la virtualidad, pero lo que pasaba en lo presencial era diferente, en lo virtual hacíamos otros tipos de ejercicios, de observaciones. Creo que el medio modifica las formas de relacionarnos, de pronto los modos de hacer cambian, poner el cuerpo ahí y experienciar que sucede. Las obras escénicas quedaron para ser retomadas cuando el panorama fuese más claro.” – comenta Valdés.
La danza como ejercicio profesional: “La ley de danza es necesaria”.
Ante la pregunta acerca de cómo ve la situación actual del rubro dancístico, la directora de Ensayo sobre la pérdida señala que “lo más rico que sucedió es la RED, no solo de conexión, sino de información. ¿Cómo puedo mejorar las condiciones de mi trabajo?, ¿Qué necesitamos aprender?, ¿Cómo nos organizamos? ¿En qué condiciones están los lugares donde trabajamos? ¿Qué compromisos tenemos con el medio? La relación de la danza como trabajo y el rol del estado estarán en diálogo-tensión eternos, donde podemos avanzar y retroceder porque de acuerdo a la mirada política de turno ese vaivén ocurre. La mayoría de las personas que se desempeñan como políticos tienen una mirada utilitaria de la cultura, eso empobrece toda la potencia y la condición de ser de la danza, ahí siempre hay que estar atentxs. La pandemia despertó y aceleró lo que se venía – crear y fortalecer el vínculo con los pares, hacer rolar la información, el contacto y uso de la tecnología -. No perder de vista que la danza, el arte, tienen una fuerza intrínseca, una razón de ser que no debe ser devorada, no podemos detener la máquina de crear,, el artista tiene un rol en la sociedad, las expresiones artísticas reflejan la época.”
Estamos entrando en el último cuatrimestre de este año que, sorpresivamente, se nos presenta como una etapa de transición entre lo que fue un evento histórico sin precedentes para las generaciones más jóvenes – y no tanto – y la vuelta a la ‘normalidad’, las calles vuelven a llenarse de gente, lxs cuerpxs se vuelven a encontrar, el movimiento reaparece en la presencialidad renovado, extasiado, asustado. ¿Cómo se sigue a partir de ahora? ¿Qué nuevos proyectos aparecen? “Desde comienzo del 2021 vengo trabajando para proyectos de otrxs artistas (escénicos, audiovisuales) me fue más sencillo incluso entrar en las ideas de otrxs que desarrollar algo propio, la pandemia abrió preguntas grandes y poner algo en escena hoy es jugado, sin embargo, vengo escribiendo algunas ideas para una nueva obra que la veo al aire libre. Cree dos espacios de clases específicos: ‘Cartografías del deseo’, espacio experimental de danza para la escena y ‘La fuerza del Susurro, danza y derivas sonoras’, con esto tengo para rato.” – nos cuenta Alejandra.