Escribe Cecilia Arrascaete
Pensar la danza danzando, danzar el pensamiento. Durante agosto y septiembre del 2021 participé de un taller intensivo virtual de tres semanas dado por Raissa Pomposo*, profesora de la cátedra Gloria Contreras de la Universidad de México (UNAM)**. El título del taller: Introducción a la fenomenología de la danza. No lo dudé y me anoté, esperando con ansias los resultados de la convocatoria. El impulso siempre se me hace un movimiento cargado de deseo. Ante la necesidad de pensar con otres la danza y de reflexionar desde una propuesta filosófica, la pregunta no tardó en llegar: ¿qué tipo de conocimiento produce la danza?
La fenomenología se abrió como un mundo propicio para que, danzando, pudiera llegar a algunas respuestas. Las anotaciones brotaban: la danza como productora de conocimiento sensible, el tiempo-movimiento, la piel y el mundo, danzar con otres…
El taller proponía llevar un registro fenomenológico personal en donde anotáramos cada día sensaciones y escribiéramos un ensayo diario en consonancia a los textos que íbamos leyendo. Además, para cada día realizábamos un video-registro de 3 minutos aproximadamente donde nuestras inquietudes en danza estuvieran, justamente, danzadas. No se trataba de unir teoría y práctica, el cuerpo por un lado como campo de experimentaciones y composiciones, y la lectura filosófica por el otro. Antes bien se trata de reconocer la mutua imbricación entre la danza y el senti-pensamiento.
Releo este diario, elijo unos fragmentos al azar, los transcribo, comparto una huella:
- Cuerpe abierto, impulso. La idea se hace carne, me mueve.
- Escribo como si quisiera captar algo tan cercano, pero apenas me asomo se escapa por la piel; se desliza por el aire. Comprendo mi danza como el trazado de direcciones y proyecciones invisibles para el ojo, sólo pueden ser tocadas.
- Estoy aquí, soy aquí, por lo tanto, la forma de mi danza también se corresponde a un ahora-aquí. Inevitablemente el cuerpo que baila hoy no es el mismo que el de ayer. Tal vez hoy la luz entra de una manera diferente, tal vez el halo que tienen las cosas se puebla de otra atmósfera y eso hace que todo dance de otra forma: eso, ante todo, las cosas danzan conmigo cuando yo danzo. El espacio quieto es una falacia. Se mueve conmigo, me muevo con él, ambos somos mirada móvil. Las formas cambian con el movimiento. Este cuerpe también.
- ¿Qué temporalidades puede habitar la danza? Pienso en cualidades: tiempo elástico, suspensión; tiempo caída, quietud. Stop que se adentra en el infinito. Tiempo espiral, tiempo quiebre; tiempos: eso, sobre todo hay tiempos.
- ¿Hay tantos tiempos como corporeidades?
- Ante todo, cuerpos: soy cuántos cuerpes me habitan.
- El cuerpo es la relación entre el cosmos y la tierra, punto en el que convergen múltiples líneas de fuga, proyecciones, encuentro entre fuerzas: porque me hundo en la tierra puedo estar en pie.
- Cuerpe, casa, caracol, contenedor, continente, cobijo; en la C se inscribe la curvatura del cuerpo. Cueva, es lo convexo y cóncavo que se cierne sobre sí y es con otres. La curva puede tensarse y volverse una línea. Un cuerpo es el dibujo, el trazo que deja en el espacio una estela de tiempo-movimiento.
- Habitar, vivir, morar, habitare, habere, habitus. Haber, tener. Tener un espacio, estar en un espacio-cuerpo. Cuerpe-morada. Hábito como vestimenta. El habitar es la presencia en el cuerpo, presencia de la permanencia, de lo que reconozco como “vestimenta” o piel cotidiana. Residir. Estar en el cuerpe. morada. Estancia. Lugar de origen. Habitar la danza de cierta forma es volver a pasar por el cuerpo un espacio primal.
Danzar es producir conocimiento sobre el mundo, sobre las corporeidades, los tiempos, sobre la presencia, el espacio, la sensibilidad. Como persona danzante se me hace vital la necesidad de pensar filosóficamente la danza, de indagar en lo múltiple que de ella emana: proyecciones, líneas, fugas, gestos, movimientos, halos invisibles, pero no por ello menos palpables para el ojo que se adentra en el misterio.
*Raissa Pomposo: Maestra en filosofía por la UNAM. Bailarina y creadora de poesía escénica. Ha dedicado su trayectoria académica y dancística a la construcción y enseñanza de la fenomenología del cuerpo y de la Danza. Estudiosa del Ashtanga Yoga y Danza Contemporánea, diplomada en Historia del Arte por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Coordinadora de la Cátedra Extraordinaria Gloria Contreras .
** La Cátedra Extraordinaria Gloria Contreras en Estudios de la Danza y sus Vínculos Interdisciplinarios resulta ser la punta de lanza para abrazar y compartir el conocimiento alrededor e intrínseco al fenómeno dancístico (..) Nuestro objetivo principal es generar puentes con la diversidad disciplinaria que ofrece nuestra Universidad, así como lo propuesto por otras escuelas, artistas independientes, investigadores y proyectos internacionales, para propiciar el diálogo constante entre la danza y el impulso erótico del conocimiento, respetando los saberes de cada campo, pero creando vínculos que integren nuestra visión contemporánea de la labor dancística / https://www.danza.unam.mx/catedracontreras
Cecilia Arrascaete. Entre la danza y la experimentación escénica, la música y las palabras se inscriben en este cuerpo. Formada en Letras (UBA), Expresión Corporal (UNA) y danza butoh con la maestra Rhea Volij, ha incursionado como intérprete en obras de teatro físico, danza y performance, y en creaciones propias como coreógrafa e intérprete a la vez (Aeón, La trilogía del tiempo) las cuales han recibido Prodanza 2020, Prodanza 2022 y Laboratorio Prodanza 2022.
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